“HORTENSIA: SIEMBRA DE SUEÑOS”, Por Dr. Oswaldo Hevia Araujo (*)


Inicio este escrito, advirtiendo de antemano, que no es mi fuerte la floricultura, no sé ni por aproximación acerca del cultivo de flores y plantas ornamentales, más, sin embargo, creo en la delicadeza y hermosura que una flor nos transmite en cualquier situación, sitio y tiempo de nuestra existencia. Hoy, me referiré en forma especial y muy sentida a una flor: la Hortensia. ¿El motivo?: Un sentimiento y un homenaje, tanto a la flor como a quien ha llevado o lleva consigo ese nombre identitario.  
La hortensia, flor primorosa de una gran presencia natural reflejada en más de setecientas variedades y disimiles colores. Que quizás por eso, es entre las flores del mundo, una de las más profusas y henchidas de simbólicas referencias sinónimas de gratitud gentileza, belleza y prodigalidad, todo ello reunido en la virtud de la generosidad.  Ahondando un poco más, su nombre deviene de “hidro» (agua) y ‘angeion’ (vaso), por su misma imagen, ya que semeja a un “antiguo envase para portar agua”. Las hortensias, además de poseer una encantadora fragancia, coadyuvan en la purificación del ambiente y en cierta manera a disminuir los olores indeseables. Otra característica de la flor Hortensia, es el gran volumen y colorido, brindando alegría en cada ámbito o rincón del hogar con su presencia. La hortensia rosada evoca amor y romanticismo, la blanca está relacionada con la pureza y la abundancia, mientras que la hortensia morada es símbolo de riqueza. La hortensia se califica como la flor de la Esperanza y la Confianza.
Como hecho notorio, histórico de la humanidad, lo cierto es que en Japón existe una leyenda, en que esta flor está relacionada con las emociones plenas de sinceridad, algo así como “llevar el corazón en la mano”, el agradecimiento, compresión y el perdón. Todo ello, posterior a cuando un emperador del imperio japonés regalara algunas de estas flores a la familia de la mujer que más amaba.  Un símbolo hermoso por lo significativo ha sido el que a las flores hortensias, se les asocia con las emociones legítimas, genuinas, al semejarlas a un “corazón que late”, de allí que sean descritas con la expresión “eres el latido de mi corazón”. Es una planta por excelencia de la primavera. Se dice que el mes de las Hortensias es el mes de mayo.  
Con el permiso de ustedes, mis lectores, incursionaré, me pasearé un poco en la historia. Y, cuando digo un poco, es por respeto al espacio, solo me referiré a un caso. El pretérito nos habla de mujeres magnánimas, carismáticas, que han hecho honor a ese nombre, por ejemplo, la hija de la célebre esposa de Napoleón Bonaparte, Josefina de Beauharnais y de Alejandro, vizconde de Beauharnais, cuyo nombre era Hortensia de Beauharnais, la que después se casó con el hermano de Napoleón (Luis Bonaparte), convirtiéndose así en reina de Holanda.  

Ahora, volviendo sobre mis pasos, mis pensamientos y palabras me llevan a referirme con justicia a otras propietarias del nombre “Hortensia”. Primero, recordar que es un nombre propio femenino, latino en u variante español. Se deriva de hortus (huerta, jardín), por lo que Hortensia significa: “la jardinera”. Notorio es, que no es un nombre frecuente, y que lógicamente se difundió de la flor denominada hortensia. El nombre Hortensia involucra un espíritu independiente y fluido. Las personas que conocemos sobre el comportamiento, llano, frecuente y habitual de las poseedoras de este nombre, hemos aprendido que tienen una gran sensibilidad, “toda a flor de piel”.  De esa conducta se desprende que sean muy queridas y reconocidas a nivel de la familia y de su grupo de amigos y recién conocidos. Las Hortensias, son mujeres guerreras, de gran empuje y fortaleza, humanas y conciliadoras. Conducta que les permite en la mayoría de las veces conseguir todos sus propósitos, sin dejar manchas en las relaciones y siempre bajo principios solidarios y justos. En realidad, simbolizan las emociones más sinceras. Así, en general, son las Hortensias. Así era Hortensia Hernández de Gómez. Ella, demostró con su actitud, con sus acciones y conducta, ser símbolo de amor sincero e incondicional, Ella plantó, sembró en los sueños a sus hijos, los regó con agua cristalina de su sapiencia y experiencia, los cuidó, vio crecer y disfrutó de los nuevos retoños, de los hijos de sus hijos, de sus nietos y biznietos, cual espejos vivientes de su existencia. Ella, como mujer, esposa, madre, abuela, familia, amiga y ciudadana fue una persona con “Don de Gentes”. Dios la tenga en la Gloria,  

“Quédate en nuestros recuerdos, donde nadie te toque”. (anónimo)  

“Siembra una semilla y la tierra te dará una flor. Sueña tu sueño con el cielo y te traerá a tu amado”. -(Khalil Gibran).
“Y alguien encontró que la sirena del mascarón de proa tenía las facciones de la hermosa Hortensia”. (Un marinero)

“Siempre hay flores para aquellos que quieren verlas”. (Henri Matisse).

(*) Doctor en Educación y docente e investigador de Postgrado de Venezuela

Domingo, 12 de mayo de 2024

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